Y me enciendo un cigarro para evitar mirar al lugar donde te imagino una y mil veces, para no pensar en mis últimos errores, para despistar a la lágrima que quiere salir y no dejo.
Y pongo música para engañar a mis pensamientos, para no sentir el vacío, para sosegar mis ganas de decir tu nombre.
Y enciendo velas que camuflen el olor de la soledad, para sentir el calor de un hogar, para que alumbren a la tristeza y les enseñe la salida de esta habitación incolora.
Y por mucho que lo intente, no hay forma posible de entrar en razón, y necesito que el reloj pare un minuto para dejarme respirar.
RJ
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