sábado, 9 de mayo de 2020

Comprar durante el confinamiento

No sé si es algo mío y de mi propia paranoia o le pasa a más gente, pero me estresa mucho salir a comprar durante el confinamiento.

¿Por qué? 

Pues, a ver, ya el salir de casa a un mundo donde hay un virus que jode la vida a muchos ya me pone la primera barrera personal, a esto le sumamos las medidas de protección: mascarilla doble filtro, guantes y gel hidroacólico en el bolsillo, que vaya palabra nos han hecho aprender cuando hay gente que duda entre haiga y haya. Yo no sé qué pasa, pero a los dos minutos de colocarme la mascarilla ya siento que me falta el aire, aunque se me pasa después de una hora dando vueltas por el súper. Esa es otra, llega al supermercado, desinféctate los guantes y ponte otros encima, que si ya era inútil abriendo bolsas sin guantes, con dos, mejor ni hablar.
Yo soy de esas personas que lleva la lista de la compra hecha de casa, ¿Para qué?, para nada porque siempre se me olvida algo y me traigo tres veces más de lo que en ella aparece, los antojitos, que son muy peligrosos y los reponedores tienen buenas indicaciones de dónde colocarlos.
Ya me he hecho experta en esquivar a gente y en no acercarme más de lo permitido, pero eso yo, después te viene un tonto/a por detrás mientras estás cogiendo algo que es para decirle, ¿Tú no me estás viendo? Vamos que soy muy fácil de ver, ocupo un espacio considerable en la superficie. Pero bueno...

Una vez llenado el carro, que no sé por qué razón puede pasar como una hora u hora y media (pierdo totalmente la noción del tiempo), llega el peor momento y el que más ansiedad me da. Pasar por caja y meter las cosas en las bolsas. ¿Por qué hacen cada vez las cintas más pequeñas? Esa cajera o cajero venga a pasar productos y yo peleándome por abrir las bolsas, también es verdad que esto ya me pasaba antes. La compra se acumula hasta el punto de que el trabajador/a tiene que parar, y yo cada vez sudo más, las gafas se me empañan, y en ese momento me dan unas ganas de gritar... pero me contengo porque no soy de dar espectáculos. Después de 10/15 minutos guardando cosas me llevo el carro al coche, lo cargo y para casa.

Pero no termina aquí. Ahora descarga, saca las cosas de las bolsas y desinfecta uno a uno cada producto, pero ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Cuando ya consigo poner todo en su sitio llega mi momento, una cerveza fresquita y un cigarro porque me lo merezco.

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