Hoy me he reído muchísimo cuando una amiga me enseñó un escrito que un amigo le había hecho llegar, el documento es el siguiente:
Estimada señorita:
Son de tal magnitud mis deseos de for-
malizar mis relaciones con Ud. que gozo en comu-
nicarla a todas horas del día, que daría mi po-
bre corazón, perturbado ante una joven tan be-
lla, por dar gusto a mis grandes y poderosos co-
nocimientos que se ven atravesados por agui-
jones. He sido informado de que Ud. es tan pu-
ra así como amable, modesta, simpática y boni-
ta, que espero que no oponga resistencia a mi na-
tural carisma, mi gallarda presencia y mi gar-
bo, que es capaz de destrozar el más fuerte co-
razón, que sienta tan solo un leve y mínimo cari-
ño. Esperando a unirnos sentimentalmente y pre-
ferentemente sin más demora, permítame acompa-
ñarla a la hora y sitio que Ud. tenga por gusto.
Un admirador.
Y ahora pensarán que qué tiene esto de gracioso, pues bien, mi amiga después de haberme hecho creer que la carta era cierta me dijo: "ahora lee una línea sí y otra no" y así lo hice, prueben a leer las líneas en rojo y verán como tenía razón. ¡¡Qué risa me dio!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario